domingo, 12 de marzo de 2017

La decisión

Estábamos en medio del salón de mi departamento, aprovechando que mis compañeros de piso no estaban. Estábamos de pie, uno en frente del otro. Juan, es mi amigo, de los pocos que tengo. Tiene los ojos grandes y bonitos, la boca pequeña, la nariz aguileña y la frente alta. Guapo.
 Tenía una pelota de tenis en la mano y la botaba contra el suelo.

-Pensaba que eras lista- me soltó, mientras sus ojos café miraban a los míos azules (y no por ello más bonitos) y, por su tono de voz, supe que estaba decepcionado.

-Es que lo soy, por eso me ha elegido a mí. Sabe que es demasiado riesgo y que tengo mucho que perder. Sabe que nadie me va a creer, igual que sabe que yo también soy consciente de eso.- había sonado más brusca de lo que pretendía.

-Eres una cobarde, y has cogido el camino más fácil.- No podía creer lo que estaba escuchando. Me reí. Solté una carcajada llena de rabia, furia. Era una carcajada amarga.

-¿Le has visto la cara, chaval? ¿Has visto su cuerpo asquerosamente gordo, sus manos hinchadas? ¿Te has fijado en su boca? Es lo más jodidamente difícil que voy a hacer en mi vida.

-Denúncialo. Las cosas han cambiado, ahora hay más igualdad. Si me pasara a mí...- Hablaba con mucha normalidad, como si estuviéramos hablando sobre una serie de televisión.

-No digas tonterías- Lo interrumpí- Eres un hombre y no es lo mismo. Si yo fuese tú también lo denunciaría, pero no es el caso. El caso es que soy una mujer de veinticuatro años que lleva dos  con una asignatura pendiente y que no obtengo el título porque no apruebo esa asignatura. Una mujer que lleva la falda demasiado corta a clase y la cara maquillada ¿Quién me va a creer? ¿Quién va a creer que el excelentísimo profesor Pizarro, me ha propuesto realizar “trabajos extraescolares” para aprobar la asignatura? ¿Quién me va a creer después de que ya denunciara una violación hace cinco años? Joder si es que me cuesta creérmelo hasta a mí.- Dije, con la cara roja, los ojos húmedos y la boca seca.

-¿Te violaron?- Estaba sorprendido.

-Sí, pero ese es otro tema. Yo era una cría y él un macarra que se metió más rayas de las que estaba acostumbrado. Fue declarado culpable. Hay gente que nunca me ha creído o que me echaba la culpa a mí porque, por lo visto, si llevas mucho escote estas pidiendo en te violen.  Por eso me fui de mi ciudad. Demasiados recuerdos y demasiada gente conocida; así que cogí el poco dinero que tenía, me matriculé en esta universidad, alquilé un piso con otros estudiantes y sobreviví  como pude hasta que me vino la beca.

-Pero el examen lo has aprobado- Lo dijo como si hubiera encontrado la solución.
-Sí, pero tengo que tener aprobada la parte práctica. Solo diciendo que no entregué las prácticas me puede suspender.

-Bueno, pero a lo mejor te creen.- Había dejado de botar la pelota de tenis contra el suelo y ahora se dedicaba a darle vueltas entre sus grandes manos. Parecía querer convencerse a sí mismo, más que convencerme a mí.

-O a lo mejor no. A lo mejor no creen que me esté pasando esto otra vez. A lo mejor creen que un catedrático respetado, con un abogado carísimo, dice la verdad. A lo mejor piensan que soy una puta que no ha visto otra manera de aprobar que metiéndose en la cama de su profesor y que cuando este se negó, lo denuncié inventándome una telenovela mejicana. A lo mejor me tengo que ir a mi ciudad y abandonar la carrera porque no sé cómo costearme un año más viviendo aquí sin beca. A lo mejor tiro mis años de estudio por la borda.

-Bueno, haz lo que crea que va a ser mejor para ti. En verdad, es difícil la decisión.


-Lo difícil es ser mujer.